Un monumental escenario, la Medialuna de Rancagua, fue testigo de una nueva hazaña de la dupla integrada por Fernando González (15º) y Nicolás Massú (55º), que esta vez los llevará a toparse nada menos que con el poderoso Estados Unidos en una instancia que hace 24 años Chile no vivía en Copa Davis, los cuartos de final.
No importó que al frente estuviera el finalista de 2005, Eslovaquia, porque las condiciones eran favorables para el conjunto capitaneado por Hans Gildemeister, y eso fue confirmado en la cancha.
Pese a la presencia del reconocido Dominik Hrbaty (19º), en arcilla y debilitado por la baja de Karol Beck (81º) -producto de un confirmado dopaje-, el elenco europeo no fue rival para González y Massú.
Es sabido que los medallistas olímpicos tienen un nivel largamente superior a Paul Capdeville, Adrián García y Jorge Aguilar, los restantes miembros del equipo, por eso Gildemeister les dio, como en otras ocasiones lo hicieron otros capitanes, la responsabilidad de todos los puntos relevantes.
Abrió la confrontación el viernes 10 de febrero, en una imponente Medialuna con 12.000 personas, Fernando González ante Michal Mertinak (173º), un experto en dobles que debió asumir la condición de segundo singlista en Eslovaquia.
No fue tarea fácil para el de La Reina, pero tampoco angustiosa y, lo más importante, cumplió con la misión de dejar 1-0 a Chile, con una victoria por 7-6 (5), 7-6 (3) y 6-3.
Era el primer punto, el más esperado. Pero lo que vino después superó las expectativas.
No importó que al frente estuviera el finalista de 2005, Eslovaquia, porque las condiciones eran favorables para el conjunto capitaneado por Hans Gildemeister, y eso fue confirmado en la cancha.
Pese a la presencia del reconocido Dominik Hrbaty (19º), en arcilla y debilitado por la baja de Karol Beck (81º) -producto de un confirmado dopaje-, el elenco europeo no fue rival para González y Massú.
Es sabido que los medallistas olímpicos tienen un nivel largamente superior a Paul Capdeville, Adrián García y Jorge Aguilar, los restantes miembros del equipo, por eso Gildemeister les dio, como en otras ocasiones lo hicieron otros capitanes, la responsabilidad de todos los puntos relevantes.
Abrió la confrontación el viernes 10 de febrero, en una imponente Medialuna con 12.000 personas, Fernando González ante Michal Mertinak (173º), un experto en dobles que debió asumir la condición de segundo singlista en Eslovaquia.
No fue tarea fácil para el de La Reina, pero tampoco angustiosa y, lo más importante, cumplió con la misión de dejar 1-0 a Chile, con una victoria por 7-6 (5), 7-6 (3) y 6-3.
Era el primer punto, el más esperado. Pero lo que vino después superó las expectativas.
Es conocido que a Massú siempre se le destaca más su garra que su buen juego. Pero eso no podía ser suficiente frente a un Hrbaty que a lo largo de su carrera ha demostrado ser peligroso en cualquier superficie.
El crédito eslovaco llegaba con anteriores triunfos sobre el brasileño Gustavo Kuerten y jugadores argentinos en Buenos Aires sobre tierra batida. Como para tenerle respeto.
En el primer set, el viñamarino desaprovechó una desventaja de 4-1 en el tie break y cedió la manga por 6-7 (5). Sin embargo, lejos de amilanarse, el pupilo de Gabriel Markus creció y con sets corridos, en una apasionante lucha que hizo delirar a la repleta Medialuna, se impuso por 6-3, 6-1 y 7-6 (4), después de cuatro horas.
Chile llegaba al dobles con un 2-0 tranquilizador, pero había que concretar aún la proeza, por lo que pese a los problemas físicos de Massú y González, producto del esfuerzo del viernes, ambos decidieron afrontar el duelo de parejas.
El capitán visitante Tibor Toht optó por darle descanso a Hrbaty, reservándolo para definir el domingo, pero se equivocó, porque la experiencia Mertinak y las ganas del correcto joven Lukas Lacko no fueron suficientes.
Los chilenos jugaron como siempre, con esa fuerza, especialmente Massú, que exhiben juntos, para desatar la fiesta en Rancagua y en todo Chile. Un 6-2, 7-5, 3-6 y 6-4 permitió la vuelta olímpica y el destape de champaña en la Sexta Región.
Tras conseguir el objetivo, como era lógico, los guerreros nacionales tuvieron descanso para volver a pensar en el circuito y la labor de terminar el match fue para Paul Capdeville (133º) y Adrián García (184º).
El primero respondió al batir a Victor Bruthans (318º), por 6-4 y 7-5, como para decirle a Gildemeister que puede ser una alternativa válida para un futuro compromiso.
No lo hizo el penquista, quien en una ratificación de su pésimo comienzo de año, cayó ante Lacko (356º), de 18 años, por 4-6, 1-4 y retiro, evidenciando nuevamente problemas físicos, con vómitos incluidos.
Chile ganó 4-1 y el próximo desafío es Estados Unidos, en una historia que no se repetía desde 1978, la última vez que se enfrentaron y que favoreció a los norteamericanos en Santiago por 3-2 en la final de la Zona Americana, con Gildemeister, Jaime Fillol y Belus Prajoux por el cuadro nacional, ante Brian Gottfried, John McEnroe y Harold Solomon para los visitantes.
Anteriormente, se perdió dos veces más con este adversario, por 5-0 en 1972 y 4-0 en 1973, en Santiago y North Little Rock, respectivamente.
La cuarta vez en que se enfrenten Chile y Estados Unidos será en terreno norteamericano, contra un equipo que derrotó por 4-1 a Rumania en La Jolla, California, compuesto por Andy Roddick (3º), James Blake (20º) y los mejores doblistas del planeta en la actualidad, los hermanos Bob y Mike Bryan.