Los trabajadores que se desempeñaban en labores de ampliación del Liceo Pencopolitano, quedaron sorprendidos al encontrar huesos, que al parecer, eran de seres humanos. Preocupados, los obreros dieron aviso a Carabineros, quienes al llegar, comprobaron la veracidad de la denuncia. El capitán de la Tercera Comisaría de Penco, Víctor del Valle, dijo "efectivamente se trataban de osamentas", y que en virtud de la situación se comunicaron con el Ministerio Público.
La fiscal Marcela Bustos confirmó que son esqueletos humanos. Aunque se desconoce su procedencia, las causas y la data de los restos. “Son más de cien fragmentos y es factible que se encuentren más”. El laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar), tomó todo lo que había en el lugar, para determinar con precisión el origen de las osamentas. La fiscal añadió que pericias preliminares indicaron que es bastante probable que sean restos históricos y que hay muchas posibilidades de que se sigan encontrando más osamentas. De paso, se descartó de plano que las osamentas, pudiesen corresponder a detenidos desaparecidos.
Algunos de los vecinos que viven en las inmediaciones del liceo, comentaron que no es la primera vez que se produce este tipo de hallazgo. Salvador Millán Sáez, quien reside hace más de 67 años en el sector, contó que cuando hicieron el edificio educacional, hace más de 30 años, también encontraron restos de dichas características. “La gente más vieja siempre contaba que, donde están ampliando, antes estaban los galpones de la refinería de azúcar. Dicen que se armó encima de un cementerio indígena y que ahora con la demolición están apareciendo de nuevo los restos. Igual que la otra vez”, enfatizó. También explicó que existe otro mito, que señala que los cuerpos que aparecieron a un lado de la costa son cadáveres producto del maremoto ocurrido en Penco (antes Concepción) en 1751, lo que llevó a la ciudad a cambiarse de lugar geográfico. “Incluso al capataz del liceo le dije que durante la obra iban a encontrar sorpresitas”.
A pesar de la gran cantidad de mitos que existen sobre los cadáveres, no existe asidero científico sobre su procedencia. Una experta en historia de la comuna, quien prefirió mantener su nombre en reserva, indicó que la teoría que a su juicio es la más cercana a la verdad es que los cadáveres pertenecerían a un cementerio español. Argumenta que, durante la Colonia, las ciudades construían sus parroquias, cerca de la plaza de armas y que en sus alrededores se enterraban a los fieles. Luego del maremoto, se trasladó la ciudad y los cuerpos quedaron ahí. La refundación de Penco, que ocurrió en 1843 y que se oficializó en 1898, hizo que se perdieran los antecedentes del presunto camposanto. La tradición de sepultar en el centroAntiguamente, tanto en la época colonial como en los albores de la república, no existían cementerios propiamente tales, sino que los cuerpos eran sepultados tanto en templos como en camposantos, en las áreas céntricas de las ciudades. Esto no cambió sino hasta la dictación de un Decreto en 1823 que prohibió esta costumbre y obligó a crear cementerios. René Louvel, en su libro “Crónicas y Semblanzas de Concepción”, relata que las personas de alta situación social y económica eran sepultadas en templos, como los obispos, canónigos, sacerdotes y dignatarios de la jerarquía eclesiástica.
Penco, ubicación original de Concepción hasta 1765, contaba con la iglesia de San Francisco, según Louvel, donde fueron sepultados los restos de gobernadores españoles como Francisco de Villagra y Alonso de Ribera. La gran mayoría, sin embargo, pese a ser también “hijos de Dios”, eran inhumados en recintos destinados por las órdenes religiosas para tal efecto. Eran los llamados camposantos y Penco no fue la excepción a esta costumbre.