Tras más de tres años viviendo en situación de emergencia, 81 familias penconas comienzan el proceso de desarme de sus inmuebles transitorios.
Penco, agosto de 2013. Luego de haber cumplido el sueño de la casa propia después de más de tres años de permanencia en aldeas, 26 familias del asentamiento de emergencia Fundo Coihueco de Penco comenzaron el éxodo hacia sus viviendas definitivas. Atrás quedaron la fragilidad de sus mediaguas y los recuerdos de una tragedia que comienza a quedar atrás.
En compañía de la secretaria ejecutiva de Aldeas y Campamentos, Ana Claudia Amar, las familias desalojaron sus viviendas de emergencia y cargaron los camiones que los llevaron a sus nuevos inmuebles, ubicados en la villa Montahue. La alegría era tan evidente en ellos que algunos incluso se emocionaron hasta las lágrimas.
“Es emocionante este momento, en el cual las familias ya dejan atrás las aldeas que los acogieron por más de tres años. Ellos mismos nos contaron que vivieron momentos de alegría y tristeza, pero siempre mantuvieron la fe. No hay que olvidar que a las familias de Fundo Coihueco se suman otras 55 de Bosquemar y El Refugio que también dejan sus viviendas de emergencia para comenzar una nueva vida en condiciones más confortables”, señaló Ana Claudia Amar.
Previo al inicio de la erradicación, la autoridad de Aldeas y Campamentos compartió un cóctel con los nuevos propietarios, marcando el último momento para compartir en el asentamiento de emergencia. Los locales deleitaron con pan amasado, hecho en el quincho comunitario, a la secretaria ejecutiva. Los beneficiados estaban muy agradecidos de la labor del Minvu en las aldeas.
“Nos sentimos muy agradecidos, porque el Minvu nos envió a buenos profesionales para trabajar con nosotros. Nos vamos contentos, pero con una pena también, porque conocimos gente valiosa acá y vivimos momentos inolvidables. Son bonitos recuerdos los que nos llevamos”, contó Juan Correa, dirigente de Fundo Coihueco.
Luis Varela y su familia fueron los primeros en cargar sus enseres para trasladarse a su nuevo hogar. “Esto para nosotros es el sueño hecho realidad. Perdimos nuestra casa con el terremoto y ahora volvemos a una nueva, más bonita y con todas las comodidades”, aseguró. Su mayor preocupación era su nieto de 11 meses, quien debió soportar un invierno en la aldea, pero afortunadamente, sin contratiempos.
Cabe destacar que Penco se ha transformado en la octava comuna de la Región en cerrar todos sus asentamientos de emergencia. En la comuna se establecieron cuatro aldeas tras el 27/F. La primera en erradicarse fue Baquedano, en octubre del año pasado. Ahora, luego de la entrega de villa Montahue, 81 familias, que decidieron no optar por el subsidio de traslado, están dejando atrás sus mediaguas.
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