
No importó que al frente estuviera el finalista de 2005, Eslovaquia, porque las condiciones eran favorables para el conjunto capitaneado por Hans Gildemeister, y eso fue confirmado en la cancha.

Es sabido que los medallistas olímpicos tienen un nivel largamente superior a Paul Capdeville, Adrián García y Jorge Aguilar, los restantes miembros del equipo, por eso Gildemeister les dio, como en otras ocasiones lo hicieron otros capitanes, la responsabilidad de todos los puntos relevantes.

No fue tarea fácil para el de La Reina, pero tampoco angustiosa y, lo más importante, cumplió con la misión de dejar 1-0 a Chile, con una victoria por 7-6 (5), 7-6 (3) y 6-3.
Era el primer punto, el más esperado. Pero lo que vino después superó las expectativas.

El crédito eslovaco llegaba con anteriores triunfos sobre el brasileño Gustavo Kuerten y jugadores argentinos en Buenos Aires sobre tierra batida. Como para tenerle respeto.
En el primer set, el viñamarino desaprovechó una desventaja de 4-1 en el tie break y cedió la manga por 6-7 (5). Sin embargo, lejos de amilanarse, el pupilo de Gabriel Markus creció y con sets corridos, en una apasionante lucha que hizo delirar a la repleta Medialuna, se impuso por 6-3, 6-1 y 7-6 (4), después de cuatro horas.
Chile llegaba al dobles con un 2-0 tranquilizador, pero había que concretar aún la proeza, por lo que pese a los problemas físicos de Massú y González, producto del esfuerzo del viernes, ambos decidieron afrontar el duelo de parejas.

Los chilenos jugaron como siempre, con esa fuerza, especialmente Massú, que exhiben juntos, para desatar la fiesta en Rancagua y en todo Chile. Un 6-2, 7-5, 3-6 y 6-4 permitió la vuelta olímpica y el destape de champaña en la Sexta Región.




Anteriormente, se perdió dos veces más con este adversario, por 5-0 en 1972 y 4-0 en 1973, en Santiago y North Little Rock, respectivamente.
La cuarta vez en que se enfrenten Chile y Estados Unidos será en terreno norteamericano, contra un equipo que derrotó por 4-1 a Rumania en La Jolla, California, compuesto por Andy Roddick (3º), James Blake (20º) y los mejores doblistas del planeta en la actualidad, los hermanos Bob y Mike Bryan.