Frase de la Semana

“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos.”.

lunes, febrero 27, 2006

Quinta Noche De Festival De Viña Del Mar 2006.

La noche más armónica del Festival

La noche pintaba para buena… la organización por fin había reunido en forma inteligente y armónica a artistas medianamente coherentes, o al menos no tan opuestos como Los Triges del Norte y Chancho en Piedra. Era una velada para pasarlo bien y los animadores, abusando una vez más de la confianza de este Monstruo que les ha demostrado cariño y que anoche recobró la cordura, salieron desde la propia platea.


Fue Alejandro Fernández el encargado de inaugurar la quinta jornada festivalera… vestido de charro, bien apretado y engominado y acompañado de un notable grupo de mariachis, el mexicano tardó sólo unos minutos en ganarse a un público que quería romance, rock, reggaetón, lo que viniera. El machote sexy de las rancheras venía a cobrar revancha, después de su desabrido último paso por Viña y lo logró. No sólo lo ovacionaron… corearon cada uno de sus temas y se encargaron de entregarle todos los premios que pudieron… y los gritaron, los exigieron para este romántico que por fin pudo demostrar por qué es tan querido y admirado en su país. Para qué decir que estuvo demás su discurso al más puro estilo Julio Iglesias y que su “desde hoy me convertí en chileno” no se lo compró nadie. El morenazo se fue con sus tres premios, chascón, sin su traje de charro y con uno de los éxitos más aplastantes de Viña 2006. Ojalá la producción del evento haya entendido que era ésta la música mexicana que le gustaba al público chileno y no los “narco-corridos” de Los Tigres del Norte.

Y la gente quedó contenta… nada de andar haciéndole la vida imposible a cualquiera que se parara sobre el escenario… si hasta celebraron a Martyn Chabry, la varieté belga cuya gran virtud era cambiar de vestuario en sólo segundos (¿cuándo van a entender que esos números sólo lucían en estelares tipo Martes 13?)


El dúo español Amaral tuvo que pagar la demora por tanta introducción eterna de los animadores… no había mucho tiempo para ellos, por eso, a pesar de que lograron entusiasmar a la gente, fueron despedidos intempestivamente, justo cuando el Monstruo pedía la segunda Antorcha para ellos. Mal manejo del la voz del pueblo.

Un Sergio Lagos súper-hiperventilado introdujo la presentación del más esperado de la noche… mientras su compañera levantaba las cejas, como si al público le pareciera divertido ver a Daddy Yankee después de las 2.20 de la mañana, Lagos intentaba lucirse con una extensa y rimada presentación que duró mínimo un par de minutos… que me perdonen las seguidoras del chico reality, pero eso sí que es abusar de la paciencia y buena onda de la gente. Y a pesar de que repitió al menos cinco veces la expresión “evolu evolu revolución” (que probablemente hasta el ídolo del reggaeton encontró ridícula), la gente se emocionó, bailó y vibró con el príncipe y amo del ritmo caliente…


Ah, casi se me olvidaba… Chile ganó la competencia folclórica (¿ustedes se dieron cuenta?).

Cuarta Noche De Festival De Viña Del Mar 2006.

El Monstruo se puso nacionalista

Realmente no entiendo lo que pasó anoche… me cuesta digerir lo que fue la cuarta jornada de principio a fin… porque cuando pensamos que todo está dicho en este Festival de Viña, algo más extraño está por venir. No sé cómo se las arregló el público para soportar a esos viejos con pinta de motoqueros gringos de Kansas durante casi una hora… parecían abuelitos rockeros, simpaticones, medio patacheros, pero nada para morirse. Una vez más nuestros generosos animadores, que abrieron la velada con un sentido y agradecido discurso, optaron por regalar rápidamente una Antorcha y despachar a los músicos y su único éxito.
De ahí en adelante, la noche se puso surrealista… okey, todos echábamos de menos a nuestro ballet nacional… todos habíamos comentado lo raras que eran las oberturas y lo mucho que extrañábamos la cueca, las mallas de pescadores, los canastos sobre las cabezas de esas mujeres con caras redondas. Pero fue mucho… salió el Ballet Folclórico Nacional (Bafona) y se gatilló el sentimiento más nacionalista que haya experimentado el querido y entrañable Monstruo… basta de encaletarnos argentinos hasta en el ballet del Festival de Viña… basta de modelos pechugonas que bailan, besuquean y hacen topless para asegurarse el reinado… viva Chile mierda!, y queremos que lo nuestro tenga un lugar destacado.

Algo le pasó a este Monstruo chileno, rabioso, querendón, que de pronto apreció lo nacional. Y los bailarines no lo podían creer… el público no quería que se movieran de la Quinta Vergara sin llevarse todos los premios posibles… y no una Antorcha ni dos… ¡dos Antorchas y dos Gaviotas mi alma, que para eso somos chilenos! Les costó a Myriam y Sergio manejar la situación. El silencio se hizo incómodo y las intérpretes colombianas de la Competencia Folclórica que ya se encontraban sobre el escenario, se quedaron en blanco. Momento tenso, que terminó con las sonoras rechiflas ante la presentación de Argentina y el enojo de Sergio Lagos, que le llamó la atención al público: “no nos contradigamos, no caigamos en contradicciones tan grandes, si queremos, queremos de verdad, no a medias”. Pero la gente no estaba para discursos, y menos para el canturreo de un Lagos que no se escuchó precisamente virtuoso con “Mi Viejo”, e insistió con un “Y, fuera, y, fuera”.

Menos mal que lo que venía era Coco Legrand… porque cualquiera que no hubiera sido chileno tenía serio riesgo de salir trasquilado. Pero el Coco es querido, y apareció como un verdadero viejo motoquero, pero choro y genial. Con historias cotidianas, divertidas, llenas de detalles jugosos. Y aunque tuvo momentos de profunda nostalgia y estuvo al filo de excederse en reflexiones filosóficas, el Coco se ganó cada uno de los premios que recibió de manos de un público que se siente identificado con sus cuentos.

El show de Joe Vasconcellos sonó más repetido que nunca… y eso es mucho decir, porque este fiel exponente de la pura y sencilla buena onda viene a la Quinta demasiado seguido. Con una voz bastante más gastada y un repertorio que ya conocemos de memoria, el Joe ni siquiera demostró la fuerza que siempre le hemos visto… ¿culpa suya, o de la organización, que lo ha invitado tres veces en los últimos siete años?.

Tercera Noche De Festival De Viña Del Mar 2006.

Una noche guateada, extraña y llena de pifias

Debo reconocer que me alegré… y me ilusioné… cuando vi que no había obertura, realmente pensé que los organizadores estaban entendiendo el mensaje… me escucharon, dije yo, y lo que viene esta noche es algo bueno. Craso error… no sólo nos tragamos el bailoteo después de las 11 y media de la noche, sino que además tuvimos que presenciar una de las noches festivaleras más horrorosas de las que tenga recuerdos.
Los insoportables y añejos A-HA demostraron durante una hora y veinte minutos cómo ha pasado –y se ha detenido- el tiempo por ellos… porque si en los ’80 se veían aletargados, anoche parecían momias. El vocalista Morten Harket sencillamente no llegó a los tonos más altos… su voz estaba desgastada, jugaba con el audífono como echándole la culpa de su desafinación y su cara de lata sólo era superada por las de sus “carismáticos” músicos. Aún así, los animadores se apuraron en entregarles ¡dos Antorchas y una Gaviota!, que ellos recibieron con las manos en los bolsillos y con la emoción de adolescentes taimados.

Y si el público los aguantó y hasta los coreó, e incluso los pidió de vuelta…pero el resto de la noche sólo pidió a Chancho en Piedra… sencillamente se abusó de la paciencia de un ‘Monstruo’ más bien rockero, que de un minuto a otro decidió ponerse cruel y no dejó de pifiar hasta que aparecieron sus ídolos… Primeras víctimas: Los mexicanos Tigres del Norte, que no fueron capaces de entusiasmar con su música trasnochada, más propia de una cantina mexicana de mala muerte que de un festival internacional… ni sus trajes chillones, ni su “Manzanita” emocionaron lo más mínimo. Se supone que son los Rolling Stones de México, pero en Chile no les alcanzó para la popularidad. Y demos paso rapidito a lo que viene: por más que agradeció vivir en Chile, Javier Estrada sólo tuvo un paso fugaz por la Quinta… y realmente no sé por qué se quedó parado mirando para todos lados después de cantar sus dos temas… ¿querías una Antorcha Javier?.

Fue una noche extraña… el público no estaba para grandes esperas y empezó a aletargarse… incluso el ultra eléctrico Sergio Lagos se bajó de la moto… y si el jueves terminó saltando una diablada, anoche estaba pegado. Miraba al público largamente, como tratando de comprender su actitud, e incluso Myriam tuvo que “despertarlo” con una palmadita en la espalda, cuando, al presentar a Los Tigres del Norte, no se dio cuenta de que le tocaba hablar. En un minuto de desesperación (medio en broma medio en serio), ella le gritó el nombre de una canción de la competencia internacional, lo que terminó con Lagos tirado en el suelo, en una humorada que sólo entendió él.
Anoche los animadores guatearon… Sergio pasó de ser divertido a pintamonos y Myriam, tratando de mantener la calma y seguirle el juego a un latero y repetido Julio Sabala, se debe haber sentido incómoda.

Me cuesta entender que no captaran el mensaje… el humorista-imitador dominicano se demoraba eternos minutos en caracterizarse y el público terminó pifiando hasta a los animadores…y ojo que Myriam dijo que anoche él trataría de cumplir el récord de hacer la mayor cantidad de personajes en el menos tiempo posible...o sea!...aplaudo la paciencia de “los marranos de corazón”, que estoy seguro hubieran bajado a pedradas a todos los lateros que circularon por la Quinta la tercera noche de festival… una noche curiosísima con una mezcolanza de estilos, que terminó con la potente presentación de los chilenos Chancho en Piedra, que cerraron, –nuevamente después de las dos de la mañana- dándole algún sentido a una noche para olvidar.